AUTOR: ZAZIL CARRERAS.
Después de que Gustavo Madero anunciara que el partido que preside, Acción Nacional, abandonaría las actividades del Pacto por México, el Gobierno Federal hizo cambios de última hora en su agenda para subsanar la salida del blanquiazul.
El acuerdo tripartidista, impulsado por el Ejecutivo, se basó en la difusión mediática de los “compromisos” que asumían los partidos políticos con mayor peso en México para aprobar las reformas propuestas por Enrique Peña Nieto y su equipo.
La salida del PAN resulta un buen golpe a toda esa mediatización del aparente avance legistlativo, toda vez que se intenta desacreditar, aún por lo bajo, un pacto que ha servido sólo de parafernalia para alimentar la idea de unidad política que, se ha visto en más de una ocasión, sólo refleja los intereses de algunos actores políticos, no de todo un partido.