AUTOR: JOHN M. ACKERMAN.
MÉXICO, D.F: Enrique Peña Nieto se equivoca en su diagnóstico de la problemática nacional. Insiste que el principal reto es la construcción de un “Estado fuerte” y el fortalecimiento de la oficina presidencial, cuando en realidad lo que hace falta es la reorientación del formidable poder gubernamental hacia la defensa del interés público y el desarrollo nacional. Nuestras dificultades no surgen de una supuesta debilidad del Estado mexicano como tal, sino de su utilización parcial y el aislamiento de la clase política de la sociedad.
El desastre de los 12 años de gobiernos panistas se debe a que Vicente Fox y Felipe Calderón conscientemente utilizaron la silla presidencial para favorecer a sus amigos y atacar a sus rivales. El legado más importante, la “alternancia”, es la enorme acumulación de poder y riquezas en las manos de Televisa, Carlos Slim y El Chapo Guzmán. Las recientes liberaciones del general Tomás Ángeles y del exsubprocurador Noé Ramírez Mandujano comprueban una vez más la parcialidad de la actuación de las instituciones bajo el mandato de Calderón.