AUTOR: AXEL DIDRIKSSON.
MÉXICO, D.F: Desde alguna no muy sesuda interpretación de la actual correlación de fuerzas, un grupo conspirativo de jóvenes decidió que había que atacar a la UNAM. Me imagino que la pensaron vulnerable, porque después de provocar una gran confusión y violencia en el CCH-Naucalpan, y ya con algunos de sus líderes desacreditados y expulsados, se metieron a la torre de Rectoría. Si no me equivoco, su acción se justificó bajo la experiencia de que con una pequeña vanguardia probada se alcanzaría a generar una reacción positiva entre los estudiantes, y con ello ser parte del movimiento magisterial y popular que se está desbordando en algunos estados del país. Se les olvidó que vivimos en tiempos líquidos.