AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
Al reinstalar a Óscar Sánchez Juárez como dirigente del PAN en el Estado de México, el Tribunal Electoral de esa entidad agravó el caos de ese partido, ya dividido en bandos que se acusan mutuamente de opacidad y malos manejos de los recursos públicos. Los adversarios de Sánchez Juárez impugnarán el fallo en el tribunal federal en la materia, ya que una auditoría de su primera gestión concluyó que el dirigente no entregó comprobantes de gastos, hizo contrataciones irregulares, “desapareció” vehículos y equipos de radiocomunicación, aumentó sueldos a sus leales y se los retuvo a los rivales…
MÉXICO, D.F: Óscar Sánchez Juárez, reinstalado el miércoles 8 como presidente del Partido Acción Nacional (PAN) en el Estado de México, es sinónimo de escándalo: No sólo por ser un declarado admirador de Adolfo Hitler, sino por acusaciones de malversar millonarios recursos públicos como diputado y dirigente, así como por ser parte de la red de complicidades de su partido con el gobierno priista de esa entidad desde que lo encabezaba Enrique Peña Nieto.