AUTOR: JENARO VILLAMIL.
El director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, no quería pagar una deuda. Y prefirió destapar la caja de Pandora: organizó una campaña legal y mediática que sacó a la luz la corrupción en la paraestatal durante 12 años de gobiernos panistas. Sin embargo, a causa de errores básicos en las fechas y de acusaciones fuera de lugar, la ofensiva resultó contraproducente y detonó una “crisis de confianza” acerca de la administración peñista: inversores extranjeros no creen que México ofrezca certeza jurídica.
Su antecesor, Juan José Suárez Coppel, le dejó a Lozoya Austin el pendiente del pago, en cumplimiento del laudo definitivo de la Corte Internacional de Comercio (CIC), con sede en París, que el 11 de enero de 2012 ordenó a la paraestatal mexicana cubrir 282.1 millones de dólares a Conproca, más gastos financieros e impuestos, tras 10 años de litigio entre Pemex y el consorcio.