AUTOR: JOHN M. ACKERMAN.
La soberanía popular se encuentra en riesgo. Las acciones de la clase política nacional evidencian un desapego cada vez más contundente del requerimiento constitucional, plasmado en el artículo 39, de que el poder público sirva al pueblo y no a intereses extranjeros o de grupo. En respuesta, urge multiplicar y consolidar a lo largo y ancho de la República espacios autónomos de intercambio, análisis, exigencia y movilización ciudadana. Si no ejercemos hoy nuestros derechos constitucionales, mañana se esfumarán por completo junto con la soberanía nacional.
El debate nacional ya se ha privatizado. Desde el inicio del sexenio las discusiones públicas en el Congreso de la Unión fueron remplazadas por reuniones cupulares entre políticos sin representación popular dentro del mal llamado Pacto por México. Pero este manto de oscuridad aparentemente ya no les basta a los políticos. Hoy quieren liberarse completamente de cualquier responsabilidad frente a la ciudadanía.
El diputado panista Rubén Caramillo ha confesado públicamente que existe ungrupo de negociadores que se reúne en secreto para debatir los pormenores de la próxima reforma energética. César Camacho, quien preside tanto el PRI como el consejo rector del Pacto por México, ha aclarado que estas negociaciones no ocurren en la mesa del pacto.