El día de hoy, el principal diario financiero de Estados Unidos (Wall Street Journal) adelanta una parte de lo que será la llamada “reforma energética”, que en realidad es la privatización de la producción de hidrocarburos.
Se trata de una iniciativa para intentar reformar la Constitución, a fin de permitir la participación de capital privado en la exploración y producción en aguas profundas, así como en la extracción de crudo y de gas de esquisto o gas Shale en los polígonos donde se concentra más de la mitad de las reservas probadas de petróleo.
En esencia, se trata de la misma iniciativa que presentó Felipe Calderón al inicio de su gobierno, pero el PRI la modificó sustancialmente y la izquierda rechazó con apoyo en movilizaciones ciudadanas.
Es también la misma reforma que se ha venido impulsando desde los circuitos financieros internacionales y desde los corporativos petroleros multinacionales desde hace por lo menos dos décadas.