AUTOR: ÓSCAR BALDERAS.
Era el peor escenario posible y se materializó: la elección para gobernador en Baja California se encuentra tan cerrada que todo indica que el PRI-PVEM-PT-PES (Partido Encuentro Social, una organización política local) y la alianza PAN-PRD tendrán que recurrir a los tribunales para que un árbitro electoral decida quién triunfó.
La decisión de que el priista Fernando Castro Trenti y el panista Kiko Vega se declarasen simultáneamente ganadores de la contienda, al tiempo que se achacan mutuamente delitos electorales, ha trazado la ruta para la judicialización de los comicios y el aumento de la tensión política al grado de arriesgar el Pacto por México.
Este mal escenario se empezó a configurar hace tres meses, durante la campaña electoral, cuando el PRI acusó al gobierno estatal panista de fraguar una elección “de Estado” para favorecer a su candidato; por otro lado, los panistas y perredistas denunciaron que el Gobierno de la República, en poder del PRI, desviaba recursos para ayudar a Castro Trenti en Baja California.