AUTOR: ÓSCAR BALDERAS.
No sólo con votos se ganan las elecciones. Para el crimen organizado, también se puede triunfar con balazos y armas de alto poder.
Y es que las elecciones de este 7 de julio pondrán a prueba los primeros siete meses de la nueva estrategia de seguridad que ha implementado el gobierno de Enrique Peña Nieto.
La prueba es complicada: en sólo cuatro meses de campaña electoral, la incursión del crimen se enlista en postulaciones canceladas, candidatos asesinados, municipios donde no hay forma de introducir encuestadores para mediciones o, de plano, intimidación de grupos delictivos a la comunidad para que vote por el nominado de la mafia.
En Sinaloa, tierra de origen del Cártel de Sinaloa que dirige Joaquín “El Chapo” Guzmán, el 29 de junio fue encontrado el cuerpo de José Antonio Loaiza Zamora, de 19 años, hijo de Arturo Loaiza Delgado, coordinador de campaña del candidato del Partido Revolucionario Instituciona (PRI) y del Verde Ecologista de México (PVEM) a la alcaldía de San Ignacio.