AUTOR: PENILEY RAMÍREZ.
El Pacto por México parece dictar a muchos actores políticos el ritmo y el tono de la reforma energética. ¿Se convertirá esta iniciativa en la obra maestra del presidente, o habrá alguien que se anime a desafinarla?
Como una orquesta bien afinada, los actores del Pacto hablan de “modernización y apertura”, no de privatización y pérdida de la renta petrolera.
Todo indicaría que la reforma avanza al ritmo concertado para modernizar la industria petrolera nacional.
Sin embargo, la palabra “privatización”, políticamente incorrecta, se ha sustituido por otras menos provocadoras, como atracción de inversiones, flexibilidad y aumento de la rentabilidad.
Los actores involucrados en el Pacto, desde la derecha hasta la izquierda, insisten: “no vamos a privatizar a Pemex”.