AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
MÉXICO, D.F. (apro).- Soldados uniformados y con armas largas deambulan por el Centro Histórico capitalino. Unos pasos más allá, las formaciones de la Policía Federal (PF) se relajan, asoman en escaparates y flirtean con las dependientes de los comercios del sector.
Estampa de una plaza pública desalojada y tomada por el Ejército. La anciana María Elia García intenta llegar a paso lento, del brazo de su también anciano esposo, a una farmacia por 16 de Septiembre y 5 de Febrero, donde se mantienen vallas metálicas reforzadas.
Ahí, encara a un agente del Estado Mayor Presidencial (EMO) que, impertérrito, le niega el paso. Aunque está a escasos metros del acceso a la farmacia, el guardia presidencial le instruye que haga un rodeo regresando por 16 de Septiembre, siga por Palma, Venustiano Carranza y regrese a 5 de Febrero, es decir, a su punto original, pero del otro lado del cerco militar.