AUTOR: VALENTINA PÉRES BOTERO.
La Reforma Hacendaria de Enrique Peña Nieto logró lo impensable: unir a animales y humanos contra su propuesta fiscal. Desde el “candigato” Morris hasta activistas que debutan en el “lobby” político, un nutrido grupo grita, ladra y maúlla para que el IVA se esconda en la ratonera.
El argumento de Enrique Peña Nieto se resume en que “quienes adquieren estos bienes reflejan capacidad contributiva y, en consecuencia, se trata de manifestaciones de riqueza”. Pero quienes poseen mascotas refutan con dos explicaciones: uno, la ley trata a las mascotas como un bien, una cosa; y dos, estipula que quienes son propietarios poseen dinero.