En 2001 fue modificado el Plan Director de Desarrollo para el municipio de Acapulco. Dentro de ese plan se establecía la obligación de construir obras para evitar desastres. Sin embargo, ni autoridades locales ni federales lo respetaron, por lo que se aprobaron construcciones en zonas de riesgo donde no debieron de ser fincadas.
Los graves daños sufridos en viviendas y fraccionamientos relativamente nuevosgeneraron muchas preguntas sobre el actuar de las autoridades, en el otorgamiento de permisos de construcción sobre todo porque ya había sucedido algo similar en 1997 con el paso del huracán Paulina.