AUTOR: CAROLINA S. ROMERO.
Viejas y modernas formas de tortura incluyendo el uso de armas paralizantes han sido utilizadas contra algunos de los presos y presas políticas del 2 de octubre de 2013.
Tal vez muchas personas no saben que nueve activistas por los derechos estudiantiles en la UNAM y/o en los CCHs fueron detenidos antes de llegar a la marcha del 2 de octubre y acusados de ataques a la paz pública. O tal vez saben pero prefieren creer las calumnias difundidas en la prensa comercial (desgraciadamente no sólo en medios como el periódico La Razón) que tachan a estos jóvenes de vándalos y delincuentes.
En todo caso, hasta la fecha ninguna autoridad ha dado la cara para explicar cómo estos jóvenes podrían ser culpables de ataques que nunca ocurrieron. Dos mujeres y seis hombres que ya salieron bajo fianza siguen exigiendo una resolución absolutoria en este caso, la libertad de todos los presos políticos del 2 de octubre y en especial, de Mario González García, quien se encuentra en huelga de hambre en el Reclusorio Oriente.