AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
MÉXICO, D.F. (apro).- En la historia de las luchas sociales del país hay familias enteras que han sido perseguidas y asesinadas por distintos grupos y autoridades. Otras familias también han tenido un final fatal producto de la violencia que se vive desde hace una década. Ahí está la familia de los Cerezo, que ha sido amenazada por años, lo mismo que los familiares de Lucio Cabañas o de Rosendo Radilla. También están las familias de Julián Le Barón que alzó la voz para defenderse del crimen organizado y la de Olga Reyes que tiene seis hermanos, primos y una cuñada asesinada por el narcotráfico en Chihuahua.
El pasado sábado 19 en la tarde en la comunidad de Mexcaltepec, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, fue asesinada a balazos por dos individuos la dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur OCSS, Rocío Mesino, cuya familia ha sido perseguida por supuestos vínculos con la guerrilla del EPR.
Rocío Mesino fue regidora en el municipio de Atoyac (2009- 2012). Su padre Hilario es fundador de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) en 1994 junto con Benigno Guzmán. Cuando apareció el EPR en 1996 en el vado de Aguas Blancas (donde un año antes fueron asesinados 17 campesinos), el Estado mexicano de inmediato relacionó a la organización campesina con la guerrillera y dio paso a la persecución de sus integrantes.