AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
Michoacán arde entre la violencia y la incertidumbre: autodefensas desarmadas proclamando la “liberación” de Apatzingán –cuna y bastión de Los Caballeros Templarios–, decenas de emboscados y ejecutados, retenes y trincheras en los caminos, ataques incendiarios y un gobierno estatal del cual nadie puede decir que ofrece seguridad o certezas y que ha sido acusado de mantener alianzas con el narcotráfico. “Estado fallido”, lo califican algunos, y desde el Senado incluso se ha pedido la desaparición de poderes…
MORELIA, MICH. La violencia en la Tierra Caliente cerró las llamadas “fiestas octubrinas” –con las que se celebra la promulgación de la Constitución de Apatzingán– en un ámbito en el que los grupos de autodefensa quedaron desarmados y se proclamó la “liberación” del dominio criminal en esa ciudad.
El sábado 26 de octubre la incursión de las también llamadas “policías comunitarias” en Apatzingán, bastión de Los Caballeros Templarios, desató un enfrentamiento entre delincuentes y policías federales. Este episodio, que tuvo un saldo de 12 templarios muertos, según la versión de las autodefensas, dio paso a una nueva escalada violenta en la entidad y marcó el inicio de las festividades del Día de Muertos, con alrededor de 40 caídos en diferentes puntos del estado.