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La imagen que se tiene de Michoacán es la de un estado “perdido” y “fallido” de México, atrapado por los Caballeros Templarios y el narco. Pero el municipio de Cherán, que decidió asumir su propia seguridad y prohibir la presencia de partidos políticos, parece ser una excepción. ¿Por qué?
Antes, en el 2011, el municipio indígena purépecha de Cherán se levantó masivamente y se organizó en fogatas de barrios para defenderse del crimen organizado que devastaba sus montes. A partir de ese proceso, los purépechas decidieron conformar un gobierno que califican como “distinto”.
“Ahorita estamos viviendo aquí en Michoacán una etapa de grandes confusiones”, cuenta Tata Meché, “este tiempo de oscuridad, de todo lo que estamos viviendo necesariamente tiene que dar lugar a un nuevo tiempo distinto”.