AUTOR: Silvia Lee y Diego Legrand.
Para el ojo inexperto, los montes de Cherán siguen verdes y frondosos, pero la maleza es engañosa y los jóvenes que patrullan en sus uniformes azules recién adquiridos, estampados con la bandera purépecha en el brazo derecho, todavía recuerdan a los miles de pinos que se desvanecieron cuando los talamontes hicieron suyos los montes de la región. Jesús suda a gruesas gotas mientras sube el monte San Miguel por enésima vez.
Jesús tiene 25 años, es jefe de unidad y nunca sabremos su nombre completo por cuestiones de seguridad. A su lado caminan la Gaviota y el Zopilote, quienes también prefieren mantenerse en el anonimato. “En otros pueblos nos tienen ubicados y levantan a cualquier policía comunitario que se atreva a salir de Cherán”, explica Jesús.