AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
Con las reglas del proceso sucesorio hechas a su medida y el grupo calderonista minimizado, Gustavo Madero avanza a paso firme hacia su reelección como presidente del PAN. Aparentemente no le hacen sombra otros posibles candidatos, como Ernesto Cordero, Gabriela Ruiz, Juan Carlos Romero Hicks o Juan Manuel Oliva. La incógnita sigue siendo Josefina Vázquez Mota, en quien cifran sus esperanzas algunos militantes blanquiazules, pero ella no ha dicho si va o no por la dirigencia panista.
Respaldado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien lo mantiene cautivado pese al choque por la reforma fiscal –aunque unidos en la energética–, Madero y su equipo prevén que Vázquez Mota desista de participar y que el conflicto se intensifique con Felipe Calderón, tutor de Cordero.
Se va configurando un escenario de guerra: Madero perfila como coordinador de su campaña al michoacano Marko Cortés Mendoza, enemigo de Calderón, quien a su vez apuesta con Cordero a la polarización de fuerzas para imponerse.