AUTOR: JESUSA CERVANTES.
Los diputados aprobarán esta semana la reforma a las leyes antiterrorismo. Será un regalo a Estados Unidos que no se corresponde con las necesidades mexicanas, pero solventa las de aquel país… Apenas fue debatida y amenaza con atropellar el respeto a los derechos humanos. Destaca un riesgo: el daño a la propiedad privada en una manifestación podrá ser considerado terrorismo. “Es un espasmo de fetichismo jurídico”, sentencia el investigador Edgardo Buscaglia.
MÉXICO, D.F. Una nueva ley antiterrorista se aprobará esta semana en la Cámara de Diputados con muy altas probabilidades de que violente los derechos humanos, además de que no se ha discutido a cabalidad ni atiende los problemas del país, sino que responde a designios de Estados Unidos.
De acuerdo con diputados federales del PRD y del PT, además de especialistas en materia de crimen organizado como Edgardo Buscaglia, se trata de una “vaguedad legislativa” y hasta “torpe”. La reforma plantea cambios a cinco leyes, con el objetivo de ampliar el alcance del delito de “terrorismo”: se incluirían nuevos tipos penales, como “financiamiento al terrorismo” e incluso el “robo de uranio, torio y demás minerales que puedan producir energía nuclear”.