El primero de diciembre del 2012, la voz del pueblo se lavantó con rabia; sin embargo, las autoridades cubrieron esos gritos con una ola de represión, que, por medio de reformas busca erguir su propio beneficio, sobre la miseria y el dolor de la humanidad; buscan echarnos las cadenas encima y hasta ahora no hemos podido detenerlos.
Han sido muchos los detenidos que han quedado absueltos, los procesados que aún estamos atados, pero que luchamos por convertir este mundo que parece inverosímil. Todo camino tan sólo nos muestra el descontento del pueblo. Pero, sin razón alguna, a todo aquel que alza la voz se le violenta. El GDF una y otra vez repite las mismas tácticas de represión y manipulación; generando miedo.
El 2 de octubre, me detienen con un grupo de compañeros. Nosotros nos oponemos a las reformas neoliberales que busca impulsar la UNAM. Nos interceptan y nos bajan del transporte publico antes de llegar a la marcha. Ese día fueron más de 102 detenciones arbitrarias. La consigna era la misma: desarticular toda unión popular, callar todo grito de oposición. Aún hoy, hay compañeros tras las rejas buscando su libertad; destaca Jorge Mario González García, quien ahora se encuentra en recuperación tras una huelga de hambre de más de 50 días. Somos 8 los procesados a disposición de una juez que amenaza todo el tiempo con revocar nuestra libertad.