AUTOR: OSWALD ALONSO.
PUENTE DE IXTLA, Mor. (apro).- Parece una tarde tranquila en el rancho de Juan Federico.
Uno de sus trabajadores guarda las vacas en el corral, las separa de los becerros. A unos cuantos metros, el matrimonio encargado del lugar procesa la leche para producir requesón y queso, pues al día siguiente deberá entregarlos a la comercializadora.
Es febrero. Sorpresivamente, cinco hombres armados abren la tranca, se meten al rancho y someten a los empleados. Enseguida revisan la bodega del alimento y un cuarto contiguo, donde se encontraba el hijo de Juan preparando mezclas para los animales.
Los sicarios no preguntaron nada. A empujones, subieron al joven a una camioneta Suburban oscura, la cual fue escoltada por una unidad más a bordo de la cual viajaban hombres armados con rifles de asalto AK-47.