AUTOR: BLANCHE PETRICH.
María de Jesús narra el drama de su niña, quien hace nueve años fue secuestrada para trata. La Caravana de mujeres que buscan a sus hijos se manifiesta en 20 plazas de Tapachula. Se calcula que en esa ciudad chiapaneca cada noche son comercializadas cerca de 2 mil mujeres, dice ex policía.
Tapachula, Chis. María de Jesús Silva Velázquez advierte: Si ven a una niña que pueda ser víctima de trata, sepan que no basta con ir a la policía a denunciar, porque puede ser que la propia autoridad sea parte del negocio que comercia con las niñas. Mejor busquen a organizaciones para que los acompañen, pero no sean indiferentes; hablen, no callen.
Eso repetía cada vez que le tocaba su turno en el uso de la palabra en una veintena de plazas públicas donde se manifestó a su paso la Caravana de Madres Centroamericanas en Busca de sus Hijos.
Ahora lo decía, sacudida por el llanto, en la plaza central de Tapachula, que podría llamarse la ciudad de las niñas perdidas, un polo de comercio sexual y trata de menores y jóvenes centroamericanas; una ciudad donde hay 15 zonas de tolerancia (sólo una autorizada, donde la administración municipal reparte los llamados carnets de sexoservidoras).