AUTOR: RAÚL LINARES.
A doce años de la desaparición forzada de Faustino Jiménez Álvarez en Guerrero, el procurador General de Justicia de dicha entidad, Iñaki Blanco, acompañado por la subsecretaria de derechos humanos de la Secretaria de Gobernación, Lía Limón, pidieron perdón por la actuación del Estado mexicano en torno a este caso.
Reunidos en la capital guerrerense, Chilpancingo, los funcionarios expusieron que la disculpa se produjo gracias a un acuerdo de solución amistosa firmado entre las autoridades, los familiares del señor Jiménez y organizaciones representantes, el día 27 de septiembre de 2012 pero hasta apenas se hizo efectiva.
Según el testimonio de los denunciantes, el día 17 de junio de 2001, alrededor de las cuatro de la madrugada, varios miembros de la Policía Judicial (hoy, policía ministerial) del Estado de Guerrero llegaron al domicilio del señor Jiménez Álvarez. Luego de golpearlo y torturarlo por varias horas, preguntándole por su jefe, José Valle Álvarez, quien días antes había sido secuestrado; bajo este pretexto, se los llevaron bajo amenazas de asesinar a su esposa Enedina Cervantes y sus dos hijos.