AUTOR JENARO VILLAMIL.
Cada año es más escandaloso el gasto de los funcionarios que anuncian sus “logros” por todos los medios y de paso se hacen presentes entre los ciudadanos con propósitos electorales. Siguen el exitoso ejemplo de Enrique Peña Nieto, que voló con alas televisivas de la gubernatura mexiquense a la presidencia. Este modelo se convirtió ya en un virus antidemocrático que absorbe grandes porciones del erario, pero sobre todo fortalece la complicidad entre los poderes mediáticos y la corrupción política.
MÉXICO, D.F. El 30 de agosto de 2010, un polémico spot de 43 segundos fue transmitido en las señales nacionales de Televisa y TV Azteca para promover los “compromisos cumplidos” del entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Era su Quinto Informe de Gobierno.
El promocional sorprendió por su alta calidad de producción cinematográfica. Peña Nieto aparecía en mangas de camisa, sentado en una lujosa camioneta, y al estilo del mandatario estadunidense Barack Obama recitaba los logros de su gobierno. El spot provocó una querella del PAN y del PRD por presunta violación al artículo 134 constitucional, que desde la reforma de 2007 prohíbe la promoción personalizada de gobernantes.