AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
MÉXICO, D.F. (apro).- A la honda corrupción en el Partido Acción Nacional (PAN) la acompaña, igual que a sus socios priistas, una ostentosa impunidad.
“Para Acción Nacional la política es eminentemente ética. La ética rige a la acción política y al político tanto en su aspecto público como en lo personal” ”, dispone el Código de Ética para los Servidores Públicos del PAN, de plena vigencia desde el 2001 y, también, de plena inobservancia desde entonces.
Uno tras otro se acumulan los capítulos de raterías en el PAN. Y Gustavo Madero, su presidente, queda como un encubridor.
Su rechazo a la propuesta de Fernando Canales Clariond de constituir una comisión del Consejo Nacional para indagar la extorsión a presidentes municipales para dotarlos de recursos presupuestales –el ya famoso “moche”– sólo lo exhibe como cómplice de quienes son señalados de cometer semejantes actos delictivos.