AUTOR: ARTURO CANO.
Historias de autodefensas, mientras Los templarios lanzan amenazas desde sus escondites. El aviso de un comunitario detenido por la Policía Federal moviliza a los guardias civiles. Poco después se les informa que fue liberado y vuelven a seguir disfrutando el domingo.
Apatzingán, Mich., 19 de enero. La voz que sale de las viejas bocinas pide ‘‘el apoyo de todos porque el gobierno (la Policía Federal) trae desarmado a un compañero comunitario’’. El aviso procede de Tepalcatepec y a muchos kilómetros de distancia, en un tris, las autodefensas cruzan dos enormes camiones en la carretera. Luego, truenan los cohetones. En diez minutos, decenas de personas llegan al crucero y reciben el informe de que la PF detuvo a un integrante de esa organización civil porque transportaba en su vehículo un tambo de gasolina.
Poco después se informa que el detenido ha sido liberado y la gente se va como vino, a seguir disfrutando del domingo.
‘‘¿Cómo vieron? ¿Es el pueblo o no?’’, pregunta el hombre.