AUTOR: ROSALÍA VERGARA.
Desde 2003 el gobierno mexicano sabía que lo acechaba una pandemia del virus A H1N1. El entonces secretario de Salud, el foxista Julio Frenk, decidió preparar al país y gastó al menos 133 millones de pesos en antivirales… que resultaron inútiles. Hoy lo cerca la justicia: sus propios colegas médicos lo demandan por esa decisión, tomada sin las debidas consultas. Las consecuencias de aquella pifia todavía se resienten: sólo en 2013 murieron más de cien infectados. El número de enfermos de influenza A H1N1 se incrementó esta temporada invernal. Y hacen falta vacunas.
MÉXICO, D.F. En 2013 sumaron 112 defunciones por este virus, 10 más que el año precedente. Para el miércoles 15 ya se habían aplicado 13.5 millones de inyecciones, pero hicieron falta más: No pudo impedirse que 739 mexicanos enfermaran, según cifras de la Secretaría de Salud (Ssa) y del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
El problema por la falta de antivirales no es nuevo. Es herencia del exsecretario de Salud Julio Frenk Mora, quien en 2005 y ante una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitida dos años atrás, gastó 133 millones de pesos en comprar oseltamivir a granel. Aunque no sirvió de nada: cuando en 2009 la epidemia estalló en México el medicamento era inutilizable por imprudencias imputables a la Ssa.