AUTOR: CARLOS PORTILLO.
Apenas hace unas semanas, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Antonio Romero Deschamps desmentía, ante los medios de comunicación, que la llegada de la reforma energética provocaría despidos de trabajadores sindicalizados. Sin embargo así ha sucedido, y a estas alturas su complicidad en el asunto resulta innegable.
Romero Deschamps afirmó que las autoridades y Petróleos Mexicanos (Pemex) tenían el pleno compromiso de “respetar cabalmente el contrato colectivo de trabajo” encargado de regir las relaciones laborales de los empleados petroleros.
No obstante, un grupo de sindicalizados hizo público que el secretario general sí acordó los despidos, a cambio de que él pudiera soltar las riendas del STPRM sin ser castigado por el cúmulo de actos corruptos que ha realizado.
Posteriormente fue dado a conocer un convenio firmado el año pasado por el priista, el cual plantea su trato con los directivos de Pemex, para el redimensionamiento de la plantilla laboral sindical; es decir, el despido de trabajadores con tal de “incrementar la productividad laboral”.