AUTOR: ERNESTO VILLANUEVA.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Ya no sólo es un rumor, argumento de algunos partidos de oposición o reflexión académica: México se erosiona como Estado, no hay derecho y poco a poco el país se ha vuelto tierra de nadie. Algo hace poco inimaginable hoy es una realidad que se manifiesta por doquier. Veamos.
Primero. Hoy en día el estado de derecho no ha podido potenciar su justificación social de garante de la convivencia pacífica y armónica de los seres humanos en sociedad, que es una de sus funciones esenciales –al respecto hay consenso en las más distintas teorías contractualistas del Estado–.
Tampoco ha logrado asegurar un razonable monopolio del uso de la fuerza, lo que distingue el Estado de naturaleza en Hobbes del Estado contractualista racional de Kant que ha llegado a nuestra época en su esencia, por citar sólo dos ejemplos clásicos.
La cultura del miedo en porciones cada vez más amplias de la comunidad está generando, por un lado, inquietud y desencanto colectivo sobre el futuro y, por otro, tensión con algunos de los valores y los principios que habían sido aceptados socialmente durante mucho tiempo.