AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
El 11 de marzo de 2012, el subprocurador Cuitláhuac Salinas presentó triunfalmente el descubrimiento de una red de corrupción que implicaba a funcionarios y mandos militares y policiacos de Coahuila. La PGR de Marisela Morales integró acusaciones basadas casi exclusivamente en declaraciones de testigos colaboradores. Pero los expedientes no resistieron la prueba de los tribunales y los testigos denunciaron que hicieron esas incriminaciones bajo tortura; sobre todo, revelaron que con ese montaje se pretendía obtener puntos electorales para el PAN en la elección de 2012.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Integrados al programa de testigos protegidos de la Procuraduría General de la República (PGR) o acusados de incurrir en diferentes delitos, presuntos integrantes del cártel de Los Zetas declararon durante meses ante fiscales especializados sobre supuestas redes de protección operadas por funcionarios y mandos policiacos, tanto federales como locales de Coahuila y Nuevo León.
Con las declaraciones de esos testigos, identificados como Sagitario, Escorpión y Sérpico, la administración de Marisela Morales en la PGR armó un expediente en el que se acusó de delincuencia organizada a jefes policiacos, como el teniente coronel en retiro Manuel de Jesús Cícero, a Humberto Torres y a su hermano el entonces procurador del estado, Jesús Torres Charles, así como a mandos y oficiales de la Sexta Zona Militar.