AUTOR: Rogelio Velázquez.
A San Pedro Tlanixco se le considera “presunto poblado terrorista”, según una averiguación previa de la PGR. La comunidad indígena, sin embargo, sólo intenta defenderse: una trasnacional le quitó el agua; otra le despoja las tierras; ha perdido su elemento de cohesión: la lengua náhuatl; dos integrantes de su antigua dirigencia ejidal están prófugos; seis más, presos –tres de ellos, condenados a 50 años de cárcel por homicidio–. A la menor movilización, cientos de policías saturan sus calles. Gobernadores y tribunales siempre han estado en su contra.
San Pedro Tlanixco, Tenango del Valle, Estado de México. Esta comunidad nahua se enfrenta a su desaparición.
Su principal río fue concesionado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a empresarios del municipio floricultor más importante del país, Villa Guerrero; mientras su tierra es despojada para la ampliación de una autopista que construye Grupo Carso, el consorcio del hombre más rico del mundo, Carlos Slim. También han perdido su lengua, erradicada ya de las nuevas generaciones.
Localizado en la verdosa cordillera del nevado de Toluca, San Pedro Tlanixco cuenta con alrededor de 4 mil 500 habitantes. La mayoría de ellos son campesinos; otros, albañiles.