AUTOR: HECTOR TAJONAR.
MÉXICO, D.F: La estrategia del gobierno federal para borrar mediáticamente la violencia y el grado de infiltración de la delincuencia organizada en los gobiernos municipales, estatales y federal fue rebasada por los hechos.
El drama de la realidad se impuso sobre el artificio de la virtualidad. A pesar del gasto millonario para controlar a los medios de comunicación nacionales, e incluso algunos extranjeros, ha sido imposible ocultar la evidente vulnerabilidad de un Estado que perdió el monopolio de la violencia legítima frente a los cárteles del narcotráfico y se vio en la necesidad de integrar a las autodefensas para combatir el poder mortífero de los criminales, con todos los riegos que ello implica.
El detonador de las medidas adoptadas por el gobierno federal para restaurar la paz y el orden en Michoacán no fue el infierno que durante años han padecido los michoacanos sino la inquietud expresada por Klaus Schwab, presidente del Foro de Davos, a raíz de la inseguridad y el surgimiento de los grupos de autodefensa en México.
Ante el temor de una eventual reducción de la inversión extranjera como consecuencia de la violencia e inseguridad en el país, el gobierno se vio obligado a responder con rapidez y firmeza.