AUTOR: JOHN M. ACKERMAN.
Si la ciudadanía mexicana no hace sentir pronto su fuerza, fraudes como los de Oceanografía, Monex y la Línea 12 del Metro continuarán hasta la eternidad. En unos años más ya no tendremos un país para defender o derechos para reivindicar.
La clase política ha demostrado con creces y de manera reiterada que no es digna de la confianza del pueblo mexicano. El único camino hacia un mejor futuro para las familias, lo/as jóvenes, lo/as trabajadores, lo/as indígenas y las mujeres mexicanas es a partir de un rompimiento histórico con la oligarquía corrupta y sus agentes políticos del PRIANRD.
El caso de Oceanografía transparenta el cinismo y la hipocresía del Partido Acción Nacional (PAN), que con la llegada de Vicente Fox a Los Pinos supuestamente expulsaría a todas las tepocatas y alimañas del poder. Resulta que los dos sexenios de supuesta transición democrática solamente consolidaron el poder de los mismos corruptos de siempre. La única novedad ha sido que ahora las fechorías se han expandido más allá del sector público para envolver de manera integral al sector privado.
El caso de Oceanografía desmiente de manera nítida la idea de que con la privatización del petróleo se limpiaría la corrupción en Pemex. Sin una estricta supervisión ciudadana, las empresas privadas y los bancos son iguales o más corruptos y abusivos que las instituciones gubernamentales.