AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
MÉXICO, D.F. (apro).- El 8 de julio de 2008, tras la muerte de 12 personas en la discoteca News Divine, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, removió a Joel Ortega como secretario de Seguridad Pública y anuló su proyecto de relevarlo en el cargo, pero seis años después vino la venganza: La víctima de entonces es ahora el verdugo.
La historia entre estos dos perredistas capitalinos –expriistas ambos– ratifica que no hay enemigo pequeño y que la venganza es un plato que se come frío: Ortega acató el despido con rostro desencajado, tras una discusión a gritos en el despacho de Ebrard, quien justamente empezaba a construir la Línea 12 del Metro.
Mientras Ebrard iba en ascenso, Ortega estuvo cuatro años en el limbo político hasta que, astuto por doble vía, se alió con Miguel Ángel Mancera, quien ascendió a procurador a raíz también del News Divine: Primero pactó con él para ser el coordinador de campaña, y al ganar acordó con él, en vez de una secretaría, ser director general del Sistema de Transporte Colectivo Metro.