El crecimiento comercial entre China y México abrió una nueva oportunidad de negocios... pero ilegales. Empresas y grupos delictivos han convertido a puertos como Lázaro Cárdenas, Mazatlán y Manzanillo en centros de operaciones donde se generan jugosas ganancias para el crimen organizado.
Los puertos mexicanos del océano Pacífico se han convertido en una puerta por la que entran jugosos negocios.
La apertura comercial con el gigante asiático ha propiciado la entrada masiva de productos chinos.
Pero hay otro mercado que no es legal y que genera cientos de millones de dólares.
Y esta tendencia se ha acentuado con el paso del tiempo.
Mientras crece el intercambio, aumentó también el contrabando de drogas o ingredientes utilizados para preparar estupefacientes sintéticos de gran demanda en los mercados internacionales.