AUTOR: NORMA GARZA.
La presencia del exdirigente y aspirante a continuar su polémico liderazgo tuvo más repercusiones negativas que positivas en la asamblea nacional panista.
La asamblea nacional panista, celebrada este fin de semana, causó más problemas que los que pensaba resolver en el tema de la unidad del partido.
Todo empezó por la llegada, sorpresiva y fuera de agenda, de Gustavo Madero, que en su calidad de consejero nacional –no de candidato a la dirigencia, aclaró– decidió presentarse ante la sorpresa de la líder interina, Cecilia Romero.
El apresonamiento del exdirigente y aspirante a continuar su polémico liderazgo, tuvo más repercusiones negativas que positivas, ya que Cordero convocó a los medios para quejarse de la deslealtad de su contrincante al haber faltado a una especie de pacto de ambos de no presentarse en la asamblea, y menos con el propósito de ganarse los reflectores.