Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, líder de los pepenadores e hijo de Guillermina de la Torre, mejor conocida como la zarina de la basura, destruye su viejo sueño cristalizado: dirigir al PRI en el DF.
La trayectoria política de Gutiérrez de la Torre está salpicada de incidentes de todo tipo. De hecho, se caracteriza por valerse de métodos violentos y de argucias legales para lograr sus objetivos, ya sea para lograr un escaño en el Congreso o para hacerse del control del partido en el Distrito Federal.
En 2003, él y sus simpatizantes irrumpieron en un auditorio de la FTSE y aventaron sillas a consejeros que apoyaban a María de los Ángeles Moreno, vinculada al grupo de Beatriz Paredes.
En 2005, cuando debía renovarse la dirigencia del PRI-DF, envió grupos de jóvenes enardecidos a las instalaciones de su partido donde realizaron pintas y lanzaron piedras a las oficinas de la FSTSE, donde sesionaba el Consejo. Lo mismo ocurrió en 2008 en la sede capitalina y un año más tarde, en el PRI nacional, volaron macetas.