AUTOR: Salvador García Soto.
Cuando el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, declaró hace unos días que la presencia federal para rescatar al Estado de México de la violencia y la inseguridad era “para todo el sexenio”, lo decía literalmente: hoy en los más altos círculos del gobierno federal se analiza y se discute una solución drástica para la entidad mexiquense: un relevo en la gubernatura que dejaría Eruviel Ávila Villegas para dar paso a un gobernador interino, es parte del plan que se ha trazado en el rescate del estado de donde es originario el actual grupo gobernante.
La primera caída de un gobernador en la era del presidente Enrique Peña Nieto se produciría en su tierra y con todos los requisitos legales del caso. El Congreso mexiquense aceptaría una petición de licencia definitiva de Eruviel Ávila y procedería de inmediato a nombrar a un gobernador sustituto con la mayoría priista que domina el Congreso mexiquense.
En el análisis que se tiene del caso tanto en Los Pinos como en Gobernación, ya se manejan dos posibles nombres para el relevo de gobernador: Luis Miranda Nava, actual subsecretario de Gobernación y Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social, los dos hombres de gran cercanía y confianza del presidente Enrique Peña Nieto.