AUTOR: ALEJANDRO GUTIÉRREZ.
De 2009 a la fecha Angélica Rivera ha ido tres veces al Vaticano. Las dos primeras lo hizo con su esposo, Enrique Peña Nieto, pero la última fue sin él, aunque con su representación oficial para la ceremonia de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. En este viaje –que aprovechó para visitar a viejos conocidos de la farándula– la acompañó un séquito de 15 personas, entre familiares y amigos, y se transportó en un avión de la Armada. Antes pasó unos días en Madrid, donde aquella representación oficial no le alcanzó para asistir a la entrega del Premio Cervantes a Elena Poniatowska, pero sí para pasear y acudir con sus hijas a algunos espectáculos frívolos.
MADRID: El 23 de abril, el avión ejecutivo Gulfstream G550 matrícula ANX-207, perteneciente al gobierno de México, aterrizó en el aeropuerto de Barajas en esta capital.
En él viajaba Angélica Rivera Hurtado, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, quien inició aquí un periplo que la llevó al Vaticano, donde asistió a la ceremonia de canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, cuatro días después.
El hecho pasó prácticamente inadvertido pues ese día los reflectores estaban puestos en la Universidad de Alcalá de Henares, donde la escritora mexicana Elena Poniatowska recibía el Premio Cervantes 2013 de manos del rey Juan Carlos (Proceso 1956).