AUTOR: ICELA LAGUNAS.
En Olinalá Guerrero ella era la ley, hasta que fue detenida y recluida en una cárcel de Nayarit. Hoy, a la líder de la policía comunitaria la defienden prestigiosos abogados y ONG, mientras sus víctimas la señalan y aseguran que el gobernador la protege.
Los cautivos lo describen como campo de concentración. Lo llaman El Paraíso, pero funcionaba a la inversa, como un infierno.
Enclavado en una montaña de Guerrero, funciona como cárcel que manejan policías de comunidad y en donde internaban a decenas de secuestrados por la Policía Comunitaria.
La policía, alejada de los gobiernos formales, fue manejada por Néstora Salgado, ahora presa en un penal de alta seguridad de Nayarit y protegida por organizaciones internacionales de derechos humanos.
También, según dicen quienes fueron víctimas de sus leyes, la defiende el despacho de abogados Gómez Mont.