Desde hace 22 meses (agosto de 2012), Claudia Medina Tamariz no ha logrado volver a dormir con tranquilidad. Cada vez que cierra los ojos, las imágenes regresan a su mente, se mira entre golpes, agua y cables en los pies, pero aún con todo ese miedo no titubea al decir que no descansará hasta que sus agresores sean castigados.
Esa inseguridad –dice en entrevista con esta agencia– le vino desde el día en que elementos de la Secretaría de Marina (Semar) allanaron su hogar, la detuvieron, torturaron y presentaron ante los medios de comunicación como delincuente y, peor aún, como una de las líderes del cártel Jalisco Nueva Generación.
Con estas acusaciones a cuestas, el pasado 5 de mayo Claudia se presentó en rueda de prensa ante los medios para dar testimonio de la pesadilla que vivió. Sus razones son claras: “Si ellos ensuciaron mi nombre a través de los medios, yo también quiero utilizar los medios para limpiar mi nombre”.