AUTOR: SERGIO CABALLERO.
PLAYA DEL CARMEN,Q. Roo: Cuando el padre Pablo Pérez Guajardo, dio a su computadora “enviar” a una carta dirigida al entonces superior general de los Legionarios de Cristo, Álvaro Corcuera, prácticamente selló su salida de Quintana Roo y el retiro de los permisos para ejercer como sacerdote.
En esa carta, enviada vía correo electrónico en septiembre de 2010, pedía que Los Legionarios de Cristo se deslindaran del fundador de esta orden, Marcial Maciel, acusado de pederastia y corrupción.
Fue entonces que empezó el calvario del padre Pablo en el caribe mexicano.
Recuerda:
“Las dificultades empiezan cuando envío la carta a Álvaro Corcuera, que en ese momento era el superior general de Los Legionarios de Cristo, diciéndole que hay que acabar con el mito del padre Maciel y llamar las cosas por su nombre porque que era un violador pederasta, un mujeriego, un borracho”.