AUTOR: MARCELA TURATI.
Ricardo García Cervantes ya no es subprocurador de Derechos Humanos. Renunció, dice en entrevista, porque el principal tema de su atención –las miles de desapariciones en todo el país, atribuidas no sólo al crimen organizado– “perdió prioridad” en el gobierno peñanietista. Y también porque enfrentarse todos los días con los familiares de las víctimas le causaba un gran pesar, sobre todo por la falta de apoyo y resultados. “Fue todo junto”, arguye, desalentado.
MÉXICO, D.F: El jueves 22 de mayo, en El Paso, Texas, el subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo García Cervantes, se reunió con una treintena de miembros del grupo Mexicanos en el Exilio, paisanos sobrevivientes al terror de las extorsiones y las amenazas y quienes en la huida perdieron sus propiedades y contaban 32 muertos o desaparecidos. Al escucharlos se preguntaba “¿Qué hago con esto?”
Este panista, quien durante 538 días trabajó en la administración peñanietista a cargo de la ventanilla donde se toca el dolor de las víctimas de la violencia, se sintió confrontado al encontrarse con esos mexicanos que “además de perderlo todo también perdieron la patria”.