AUTOR: ROSALÍA VERGARA.
El Distrito Federal enfrenta una guerra por el agua. La batalla del 21 de mayo por la instalación de una tubería en San Bartolo Ameyalco esconde, además, otros problemas igualmente graves: la tendencia de los gobiernos locales a resolver los conflictos a garrotazos, las detenciones arbitrarias, la presencia de provocadores y la diferencia a la hora de atender a las comunidades pobres y a las ricas…
MÉXICO, D.F: El 21 de mayo San Bartolo Ameyalco amaneció inundado de policías. Eran alrededor de 2 mil agentes y granaderos. Iban a proteger unas obras hidráulicas ubicadas a las afueras del pueblo, pero por alguna razón decidieron desplegarse en el centro de la localidad y cerrar los accesos. Horas después ahí se desataría una de las peores grescas por agua que hayan ocurrido en la Ciudad de México.
Días después de la batalla que dejó 200 lesionados y cinco detenidos, los habitantes exigen al delegado de Álvaro Obregón, Leonel Luna Estrada, que aclare los hechos, que respete el derecho a la autodeterminación y que justifique a cabalidad la obra hidráulica que conectará el Sistema Lerma-Cutzamala con esa zona, reconocida por sus recursos acuíferos. De hecho, Ameyalco significa “Lugar de manantiales”.