AUTOR: Joanna Rubio.
Es innegable que la mejor inversión a realizar de una nación es activando la educación, bien lo dijo el Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman: “si tuviera que escoger una reforma estructural para que México avance hacia un mayor crecimiento económico, sería la educativa”, y el gobierno de Enrique Peña Nieto lo sabe; pero lo sabe al revés, es por eso que ha decido aumentar el rescate financiero al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con 500 millones de pesos extras a los 5 mil millones acordados el pasado 21 de noviembre, con el fin de cubrir deudas de particulares adquiridas con motivo de préstamos personales.
De ahí, 150 millones de activos serán utilizados para difundir “los beneficios y compromisos de la Ley General del Servicio Profesional Docente”; como dato interesante, en 2013, la Secretaría de Educación Pública (SEP) pactó con el gobierno federal 200 millones de pesos para los mismos fines.
En tanto, el gasto por alumno en Campeche es de 32 mil pesos anuales, y en Chiapas se destinan menos de 15 mil pesos por el mismo concepto; pero si se es uno de los tres de cada cinco niños indígenas que llegan a la secundaria, notará a futuro que la mala inversión en la educación, podrá lograr que únicamente 6 por ciento de la población indígena llegue a la universidad y un selecto 21 por ciento de niños no indígenas accederá también a la educación superior.