AUTOR: Claudia Rodríguez.
(01 de julio, 2014).- Escuchar a Enrique Peña Nieto, advertir que en los poblados con menos de 50 mil habitantes se carece de cajeros automáticos y sucursales bancarias y por lo tanto es difícil acceder a créditos bancarios; sonó a promover la modernidad y el sistema capitalista, antes que la educación y la necesaria inclusión de servicios de otro tipo.
Es tanto como aquellos gobiernos de antaño que pensaron que en las chozas de diversos poblados de todo el país, era necesario proveerlas de estufas a gas. Decían que para que las mujeres ya no estuvieran más hincadas en el suelo, frente al comal.
Cuántas administraciones locales en distintas entidades, gastaron millones de pesos para instalar estufas de este tipo, que en la mayoría de los casos quedaron arrumbadas por distintas razones; desde la dificultad de abastecerse de gas, hasta la imposibilidad inmediata de romper la inercia de los usos y costumbres de las comunidades.