AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
MEXICO, D.F. (apro).- En la élite del poder de México –ese amasijo de políticos, empresarios y sus amanuenses cuya ideología es la simulación y la usura– no hay límite para el abuso con el dinero público, que engorda cuentas privadas, escamotea recursos para los pobres y financia hasta francachelas con alcohol, droga y prostitutas.
Este lunes 11, justo cuando Enrique Peña promulgó las leyes que entregan los recursos energéticos a los extranjeros –pese al repudio de la mayoría de los mexicanos–, se difundió un video de una fiesta con alcohol y sexoservidoras encabezada por los diputados federales Luis Alberto Villarreal y Jorge Villalobos, lugartenientes de Gustavo Madero, presidente del PAN.
El tema es de inobjetable interés público: Y no lo es por la doble moral de los panistas –que son ya amorales en todo–, sino por el fomento de la prostitución y sobre todo por el uso de dinero público para este fin y otros estrictamente personales de los asistentes a la encerrona en Puerto Vallarta.