AUTOR: RAÚL LINARES.
Dentro de la penosa lista de los 20 municipios más violentos del país, donde se concentra el mayor número de agresiones y delitos, al menos 5 figuran en el Estado de México, según un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Para ninguno de los habitantes de esa entidad federativa, gobernada por el priista Eruviel Ávila, tampoco es desconocido el argot policiaco y delincuencial de las “ejecuciones”, las “decapitaciones”, los “levantones”, “atracos” y “extorsiones”.
En los últimos años, sobre todo cuando inició la “guerra” contra el narcotráfico, emprendida por la administración de Felipe Calderón Hinojosa, el espejo del terror que se extiende por varios estados del país, también se instaló en el área conurbada del Distrito Federal.
Cárteles del narcotráfico y diversas organizaciones del crimen organizado, divididas y especializadas en múltiples actividades delictivas, han asolado el territorio ya sea mediante pequeños indicios de terror que se cuelan en las actividades cotidianas, hasta en la agresión directa y frontal.