AUTOR: JESÚS CANTÚ (ANÁLISIS)
MÉXICO, D.F: El triunfo arrollador de Nueva Izquierda y sus aliados en la elección interna del PRD dejó claros dos aspectos centrales: uno, como sucedió hace unos meses en el panismo, la burocracia partidista –es decir el grupo que domina al partido– tiene amplio control sobre sus estructuras y, por lo tanto, ventaja para mantenerse en el poder; y dos, por los servicios prestados en el procesamiento de las reformas estructurales, el presidente Enrique Peña Nieto y sus personeros trabajaron en favor de su continuidad.
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IMAGEN TOMADA DEL SITIO WEB DE PROCESO |
Estos aspectos se manifiestan a su vez en dos resultados políticos:
Todos los partidos con representación parlamentaria (PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, MC y Panal) están bajo control absoluto de una persona o grupo que maneja dichos institutos como de su propiedad, se apodera de ellos; esto se refleja en el manejo discrecional de los recursos, la distribución arbitraria de las principales candidaturas y, desde luego, el reparto de las posiciones directivas, lo cual incluye participación en lo económico.